Política
Contundente decisión: el Gobierno no asistirá a los argentinos varados en el exterior
Las personas que viajaron deberán arreglarse por su propia cuenta

La situación de los argentinos varados en el exterior se complicada cada día más. Recientemente, el Gobierno extendió el DNU hasta el 9 de julio donde -entre otras cuestiones-redujo el cupo de pasajeros diarios que podían llegar al país. De los 2.000 que podían ingresar por día, se limitó a 600, causando un enorme revuelo y, sobre todo, una reprogramación de vuelos.
Ante este escenario de incertidumbre, Alberto Fernández decidió soltar la mano a aquellos argentinos que decidieron viajar en plena segunda ola de pandemia, pese a las recomendaciones. Por lo tanto, tendrán que reorganizar su vida en el exterior hasta tanto las aerolíneas puedan reprogramar sus vuelos. Al momento de esgrimir sus argumentos, el Presidente fue tajante.
Motivos
El Gobierno reveló que no ayudará a los compatriotas que están en el exterior por dos motivos muy importantes. El primero que tiene que ver con los reiterados avisos públicos de parte de los funcionarios que recomendaban a los argentinos a no salir del país ya que podían tomar medidas más restrictivas ante el considerable aumento de casos y la consecuente condición sanitaria.

Otro de los argumentos que sostienen la posición oficial del gobierno de Alberto Fernández tiene que ver con que cada pasajero, al momento de viajar, firma una declaración jurada en el que asume el riesgo de que se produzcan cambios en el plan estipulado. Asimismo, desde Casa Rosada evitan hablar de varados sino más bien de personas que deberán reprogramar sus vuelos.
Pasado
El año pasado, cuando el Gobierno decidió cerrar las fronteras, muchos argentinos quedaron varados en distintas partes del mundo y en aquella ocasión, se los asistió no solo repatriándolos sino también económicamente en muchos casos. Además, le facilitaron la logística para que pudieran estar más cómodos. Misma situación no ocurrirá en la actualidad y los varados deberán pagar de su bolsillo, los costos que genere la demora de la reprogramación de vuelos.