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Este es el significaldo oculto del western de Netflix que pasó casi desapercibido

Noticias del Gran Mundo es una película del 2020, producida por Netflix y protagonizada por Tom Hanks. Este trabajo fue dirigido por el británico Paul Greengrass conocido por su trabajo en la trilogía de espionaje Bourne. Es una película que puede parecer superficialmente como otro western o roadmovie con tintes modernos revisionistas, pero una mirada un poco detenida muestra un crisol de temas y matices de cierta profundida filosófica o al meno intenta interpelar filosófica e intelectualmente a la audiencia.

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En efecto es una obra muy rica, no en recursos audiovisuales, sino desde el punto de vista del subtexto regido por un gran idea: la concepción misma la narrativa y la identidad. 

Ubicada en 1870 en Texas, se trata de la historia de un veterano de la reciente guerra civil estadounidense, el Capitán Jefferson Kyle Kidd –Tom Hanks–, quien subsiste prestando un servicio de lo más postmoderno; hacer una selección de las principales noticias de diversos periódicos y leerlas en público. Su vida cambia radicalmente cuando en un camino encuentra una niña doblemente huérfana.

Doblemente huérfana, según sus papeles se llama Johana, hija de inmigrantes y raptada y criada por aborígenes Kyowa. Un personaje muy complejo brillantemente interpretado por joven actriz Helena Zengel. 

Se trata de una hija de inmigrantes alemanes que a su vez fue raptada y criada por aborígenes Kiowa y estos a su vez fueron exterminados por el gobierno federal que empezaba a tener influencia en la zona. El Capitán intenta entregar a esta pequeña sin nombre –según los papeles se llama Johana, aunque no responde a tal nombre– a alguna autoridad gubernamental, pero ella se encuentra en verdadero limbo burocrático y de identidad. Luego de algunas idas y vueltas, el Capitán, quien inicialmente se quiere desentender de este lio, acepta el llamado a la aventura y decide llevar a la niña donde se encontrarían unos tíos –sus únicos parientes sobrevivientes–, en una travesía de 600km en terreno hostil.

La/s grieta/s

Así es como el film nos transporta a un Estados Unidos que lejos aún se encuentra de ser la gran potencia hegemónica en la que se convertiría, de hecho, el contexto nos muestra que el recientemente victorioso gobierno federal aún tiene enormes dificultades para domar los que fueron los estados sureños díscolos. Por si faltase complejidad al contexto histórico, la historia se ubica en el peculiar estado de Texas que hasta entonces se manejó casi como una nación independiente tanto de la Unión como de la Confederación. No es casual que el Capitán encuentra la irritación de la multitud a la hora de leer las noticias federales que insta en este caso al estado de Texas a someterse a las enmiendas constitucionales que liberan e integran a los esclavos negros. 

Trabajadores comunes son la audiencia normal del Capitán Kidd, aunque en este caso incómodamente acompañados por tropas federales.

Esta concepción de la no integración de Estados Unidos como tal, la encontramos cada vez que aparecen las tropas federales, ellos son casi burócratas que nunca están a la altura de los problemas. Dejan “en banda” al Capitán cuando busca ubicar a Johana con el agravante de que no logran ayudarlos cuando son confrontados por una pandilla de pedófilos. Sumando a esto, vemos que en toda la travesía nuestros protagonistas enfrentan diversas amenazas sin que ninguna figura de ley pueda asistirlos.

A su vez el film no ahorra momentos para mostrar la desconfianza del público en general hacia la nueva administración federal y como ser desarrollan comunidades enteras en medio de la nada, sin vestigios de un estado presente y unificador. Esto se ve resaltado más aún en en como se comporta el Capitán Kidd, quien tiene una actitud conciliadora y sumisa frente a la autoridad. Él no repara en mostrar sus papeles, sobre todo un juramento que especulo que será de lealtad hacia el estado federal, una cuestión no menos importante para quien fue un oficial del bando rebelde. 

A su vez se resalta como un valor universal el odio hacia el otro; gringos, indios, negros, mexicanos, yanquis, etc. Todos contra todos y Johana en buena medida representando la mezcla de todos esos mundos. Al igual que nuestros protagonistas, Estados Unidos aún busca una identidad cultural, pero creo que el mensaje a encontrar aquí es que difícilmente puede haber unidad con el otro si no la hay con uno mismo. En los personajes se percibe la sensación de que ni siquiera cada uno entiende quién es y qué hace en ese “nuevo mundo”. 

Es así cómo podemos identificar no a una grieta, sino a un país agrietado, ya no sería tal versus tal, sino todos contra todos, o todos unidos por la adversidad desde otra óptica más optimista. El Capitán en una de sus lecturas intenta encauzar el enojo de la audiencia ante la lectura de las noticias federales diciendo “todos sufrimos”, “son tiempos difíciles” y “todos tenemos un papel en esto”. Este poderoso mensaje tiene su claro reflejo en el Estados Unidos de hoy en día, enfrentado por las grietas políticas e ideológicas y en nuestro país podemos hacer casi la misma analogía.

El relato del relato

Dijimos anteriormente que el oficio del Capitán Kidd es de vanguardia inclusive para nuestros días de hipercomunicación. Él no modifica el contenido de las noticias, sino más bien las selecciona, ordena y aplica recursos de entonación o pausa para subrayar determinados fragmentos; esto es edición. Cumple algo así como el rol actual del presentador de noticias.

Lo es realmente innovador de su papel es que antes de comenzar resalta la “no seriedad” de su función. Previo a la lectura insta a su audiencia a que “solo por esta noche, escapar de nuestros problemas”.

En las cadenas de comunicación actuales siempre se resalta una supuesta objetividad y “búsqueda de la verdad”. El Capitán no se presenta como digno ante tal investidura, él no es una autoridad ni sacerdote de la información y lectura, él se presenta como una voz que hace eco de otras voces.

Erath Journal es el pasquín propagandístico que se le “sugiere” leer al Capitán Kidd. 

Quiero además detenerme en su rol de intérprete. Cabe resaltar el error de diversas críticas sobre el film que explican que el Capitán lee las noticias ante un público analfabeto, cuestión que podría darse ser en algún caso. Sin embargo, al principio él aclara de que su audiencia no tiene tiempo de ponerse al día con las novedades puesto que trabajan todo el día. Tan innovador es su rol y, diferenciándolo con ser un mero presentador de noticias, él hace una selección de multimedios. No elabora la sustancia de las noticias, sino la presentación de diversas voces sobre “los mismos temas”. Para un texano normal le sería imposible comprar todos los periódicos y hacer una síntesis comunicacional. 

La cereza de la torta en cuanto a esta innovadora figura comunicacional es lo paradójico y casual de su origen. El Capitán antes de la guerra se dedicaba a la impresión de periódicos, y al perderlo todo sobrevive dando este “humilde” servicio. 

El clímax en cuanto a esta temática se da cuando el Capitán y Johana caen en manos de los habitantes del condado Erath, un claro anagrama hacia “Earth” –tierra o mundo en inglés–. En este asentamiento, donde los habitantes parecen encontrarse en un estado de vasallaje hacia su líder, Mr. Farley, el Capitán es casi forzado a leer un periódico absurdamente propagandístico. Experto en su oficio el Capitán Kidd ignora esta directiva y decide leer sobre una noticia de un pueblo de mineros que sufre una catástrofe por un incendio.

Aquí aplica diversos recursos dialécticos para trazar una analogía sobre un pueblo oprimido que debe pagar las consecuencias del deficiente cuidado de su dirigencia. Esto genera instantáneamente una especie de rebelión en el condado Erath. Es un capítulo digno de un análisis hegeliano, pero para nuestros fines sólo vamos a destacar el enorme impacto que puede generar la selección, entonación y síntesis sobre un tema “ajeno” a esta o cualquier comunidad.

Línea vs Círculo

El tercer punto a tratar es la concepción misma de la historia y de la identidad. Un tema central en aquel entonces y que con el pasar de las épocas no pierde importancia, es más, hoy pareciera ser más pertinente que nunca. 

600km son los que tienen que atravesar nuestros héroes en carreta en un camino plagado de amenazas y sin atisbos de presencia federal que garantice alguna seguridad o infraestructura extra.

Entre los escuetos diálogos entre Johana y el Capitán –ella solo habla la lengua Kiowa–, ella intenta describir la forma del mundo según la concepción aborigen. Un cielo, una tierra y todo literalmente en un abrazo, un espíritu, un respiro, un círculo, un ciclo. El Capitán contrasta esta visión estableciendo que para la gente “normal” todo es una línea recta, un camino. Es más, cuando Johana tiene recuerdos dolorosos, él la insta a olvidarlos, todo debe avanzar, no tiene sentido retroceder. Pero de nuevo el Capitán accidentalmente insta a un principio unificador diciendo: “Supongo que ambos enfrentaremos nuestros temores en este camino”. 

En otra ocasión, el Capitán insiste nuevamente a olvidar los recuerdos dolorosos “quédate en esa línea y no mires hacia atrás”, a lo que ella literalmente le responde en Kiowa: “No. Para poder avanzar, primero hay que recordar”.

Lo que ocurre luego marca la genialidad de esta realización audiovisual, el caballo que tiraba la carreta en la que iban ambos se desboca, sufriendo un accidente que casi les cuesta la vida quedando a pie en medio de la nada. 

La exquisitez semántica de este episodio sintetiza en gran medida el espíritu de esta película y a su vez el problema humano de la época y de nuestros días. La sociedad, la tecnología, las naciones y demás avanzan desbocadamente y parece que no encontramos un soporte ante esta abrumadora realidad.

Esto parece una sensación universal de no tener control sobre nuestro destino, avanzamos y no sabemos hacia dónde. Esta concepción lineal del progreso indefinido sintetizada por nuestro expresidente Eduardo Duhalde “estamos condenados al éxito” nos asfixia y parece que planteado así se trataría de un absurdo argumental. Johana nos muestra que hay otro camino, el cíclico, es decir, no se trata de retroceder nuestros pasos, sino de reciclar nuestra experiencia en un constante aprendizaje: recordar para avanzar. 

Resulta curioso además, que en una película en la que se recurre tanto al pasado en fundamentos argumentales importantes como el historial militar del Capitán o los traumas de Johana, no se apele al legítimo recurso del flashback, es decir, moverse en la línea temporal de la historia. La película arranca y no hay vuelta atrás, solo las cicatrices del pasado se nos revelan.

Es así como durante el film luchan dos enormes fuerzas, la línea, lo progresivo y su contraparte el círculo, lo cíclico. El relato nos lleva hacia adelante, a su vez se trata de una búsqueda del hogar, del origen, la identidad, un ciclo que vuelve a nosotros mismos pero transformados.

En conclusión, interpretamos que toda esta odisea cinemática tiene por fin último que es imposible el progreso sin tener una percepción clara de nuestra identidad; Johana no es alemana, ni kiowa, ni estadounidense, es quien se descubre en su camino y el Capitán experimenta un proceso idéntico. 

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