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En las cárceles más internet… ¿y en las Universidades y zonas rurales?

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Cárcel

No hay muchas noticias que tengan la capacidad de sorprenderme. A lo largo de estos cinco años trabajando en los medios de comunicación, aprendí que todo es posible, incluso por más increíble que parezca. Sin embargo, a pocos días de haber comenzado el año, una noticia me dejó boquiabierta. No tuve capacidad de reacción sino hasta varios minutos después. El título rezaba lo siguiente: “El Gobierno hace una inversión millonaria para mejorar el acceso a internet en las cárceles”. Pensé: “Debe ser una broma”, y volví a leer. Pero no. No era un chiste de mal gusto sino más bien una realidad.

A través del Boletín Oficial, el Gobierno Nacional informó que invertirá mil millones de pesos para mejorar la conectividad de las unidades carcelarias del Sistema Penitenciario Federal, usando el fondo fiduciario del Servicio Universal. Está bien. Entiendo que los presos sean sujetos de derechos, de acuerdo a la ley… pero, ¿es realmente prioritario beneficiar a este sector y dejar de lado a los que realmente lo necesitan? Millones de chicos tuvieron problemas de conectividad en estos dos años de pandemia y ni hablar de los que viven en zonas rurales, que ni siquiera tuvieron la oportunidad de conectarse un solo día porque no solo no cuentan con Internet, sino que no tienen ni siquiera agua potable.

Hablan de reducir la brecha digital, “posibilitando el acceso equitativo y de calidad a Internet”. Claro que no estoy en contra de esa política. Los que estudiamos Comunicación sabemos perfectamente lo que implica el término y lo necesario que es achicar las desigualdades no solo tecnológicas, sino también de acceso a Internet. En una sociedad en la que abundan las telecomunicaciones, las redes sociales, las TIC’s, parece realmente increíble que haya personas que ni siquiera cuenten con servicios básicos. No solo eso, el ámbito educativo también se ve seriamente afectado por la falta de inversión en materia de conectividad.

Y esto último no es nada que lo haya escuchado de terceros. Sé que es así porque lo viví. Hace solo un par de meses, asistí a un seminario de Inteligencia Artificial obligatorio que se llevó a cabo en la Facultad de Filosofía y Letras (UNT). La conexión para transmitirlo a través de las plataformas era tan deficiente, que los responsables tardaron varios minutos en poder lograr que todo saliera como estaba planeado. Y es un ámbito universitario, donde REALMENTE es necesario poder contar con Internet. No creo que Tucumán sea la única provincia donde la conectividad en los ámbitos educativos sea mala, pésima. ¿Y aún así, el Gobierno tiene pensado invertir cantidades de dinero en mejorar la conexión en las cárceles? Intento buscarle el lado positivo y no, no le encuentro. Mire por el ángulo que lo mire.

Los presos que claro, seguro están pagando su condena pero que son personas que robaron, asesinaron, abusaron…,¿van a tener mejor conexión para “videollamadas”, “plataformas educativas”, “repositorios de contenidos audiovisuales”, (y demás argumentos que no me cierran para nada), que alguien que se levanta todos los días para ganarse su dinero honestamente, pagando impuestos, estudiando horas y horas para tener un título? No, definitivamente no puedo ni siquiera concebir la idea y mucho menos entenderla desde las justificaciones que pretender dar.

Justo cuando intentaba tomarme un respiro escribiendo estas líneas para tratar de canalizar mi bronca, un hecho de inseguridad volvió a atravesar la pantalla de mi computadora. En Santiago del Estero, una chica de solo 19 años fue asesinada de un puntazo en el corazón cuando esperaba el colectivo para ir al gimnasio. ¿La hora? 18.30. ¿Qué loco no? 18.30. Plena tarde. La piba, estudiante de la UNSE, sana que intentó defenderse de un tipo que le robó el celular. Una familia destruida. Unos amigos que no volverán a verla ni abrazarla. Y volvemos a lo mismo aunque a simple vista parezca que son temas totalmente diferentes. ¿Vamos a darle beneficios a tipos como éste, que les importa un carajo la vida de los demás? ¿Que te apuñalan por un celular de mierda pero que a vos o a tus padres les costó tanto comprar? ¿Y me vienen a hablar de “reducir la brecha digital en las cárceles”? Dejensé de joder. Preocúpense por brindar los servicios básicos a la gente de zonas urbanas y rurales, por mejorar la conexión a Internet en escuelas, universidades… Donde la gente intenta ser un poco mejor día día. Esa es la verdadera brecha que hay que reducir. La de aquellos que quieren y no pueden. La de aquellos que se lo merecen y no pueden.

Milagros Amil Feijóo (Coordinadora de Diario24.ar)

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